lunes, 7 de febrero de 2011

la congelacion en aviones

La congelación en la aviación


La congelación de un avión representa un grave riesgo especialmente en los vuelos militares y comerciales. En realidad la eventualidad no se produce con mucha frecuencia pero cuando se presenta puede constituir un peligro muy serio. Normalmente un piloto experimentado que utilice todos los datos meteorológicos útiles y su propios conocimientos del terreno y el tiempo, puede evitar los riesgos de la congelación. El problema se agrava, sin embargo, teniendo en cuenta que la congelación del aparato ocurre de ordinario en tiempo imprevisto. De otro modo se hubiera evitado en el vuelo la zona peligrosa. En definitiva, pues, la congelación se presenta generalmente de forma inesperada.
 Cómo se forma el hielo en un avión. La formación del hielo en un avión se debe a la congelación de las gotas de agua
interceptadas por los bordes delanteros de las alas y otras superficies expuestas. Dos condiciones fundamentales son suficientes para ello 1) que el avión vuele a través de agua visible en forma de lluvia o nube; 2) que la temperatura de las gotas sea por lo menos de 32º F o 0º C al chocar contra el avión. Es de notar que el agua se mantiene frecuentemente en estado líquido a temperaturas inferiores al punto de congelación, es decir, en estado de sobrefusión.
       El agua así sobre-enfriada se halla en equilibrio inestable, de modo que, al ser agotada por el choque del avión, se congela. Las mayores congelaciones tienen lugar cuando la temperatura del aire es de menos 9º C a 0ºC. A temperaturas más bajas, lo más probable es que las nubes se compongan de cristales de hielo, que no se adhieren al avión.

      

Con todos estos dispositivos de descongelación se persigue que el avión pueda alcanzar una región donde no exista peligro de formación de hielo, no que continúe volando en la zona peligrosa.
La destreza del piloto resulta así necesaria para impedir que el hielo obligue al avión a descender.Toda suerte de maniobras, virajes, ascensos o aterrizajes, habrán de realizarse cuidadosamente con un amplio margen de velocidad para contrarrestar la perdida de altura originada por el hielo. Sin embargo no hay destreza ni dispositivo alguno capaz de superar un periodo indefinido de grave congelación. La mejor de todas las salvaguardias será una información meteorológica exacta que permita evitar las regiones donde pueda existir peligro de congelación.








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